sábado, 11 de abril de 2015

La soledad animal y la materia oscura de lo social.

(Los ojos subjetivos, oscuros,  crean el mundo en que habitamos. )

Una de las consecuencias directas de la asimilación del individuo en la carne y la sangre es la inminente soledad. No solo por las ataduras y cadenas que se romperían  al dejar de representar roles sociales preestablecidos, sino por la solemne  verdad de que como hombres  e individuos estamos solos. Sin desligarme del cuerpo, o meterme en la idea de un “yo” cartesiano, es decir un espíritu que vive encerrado en su cuerpo, puedo afirmar que tanto espíritu como caos están completamente solos. Vivimos solos, comemos solos, respiramos solos, pensamos solos y sentimos solos. Todo intento de comunidad es una farsa, sino se hace objeto.  Si no se pierde la conciencia y se entrega al individuo a una deidad irracional que represente un Uno,  algo permanecerá que nos separe como seres humanos, llamo a esto la materia oscura.  La materia oscura es aquel océano sobre el cual se funde toda sociedad. Es el abismo entre dos almas, el desolado desierto entre dos soledades. 




(El auténtico atuendo, la oscuridad)

(El ojo social, iluso, construye moldes)

(La subjetividad humana, guíada por el ojo social,  crea un gráfico que no  captura nada del  otro individuo)

La ignorancia de este abismo crea una falsa idea de comunidad, que mientras viva solo alcanzará frustración. Siempre habrá mal, conflicto, y guerra debido a esta naturaleza.  Ese océano oscuro, ese telón negro, es un espacio de poder. Cuando dos individuos se enfrentan, dialogan o se aman, están improvisando sobre esa negrura, están batallando por aquel campo, y quien prevalezca, impondrá su arbitrio a la solemne oscuridad.


(La pesona somete su mundo interior al espacio oscuro)

 (Triunfa, pero mediante la destrucción de cualquier limitación ajena)


Incluso este texto es un intento por demarcar ese espacio, por definirlo, por imponer un concepto. Pero no me interesa, doy fe, delimitar la mentalidad de nadie. Sólo dar consciencia de la negrura que todos miramos a diario. Sólo con la comprensión tanto espiritual (pensamiento) como caótica (emocional) de ese óceano, podrémos  ahogarnos en él sin  perder nuestra vida. Estamos solos, animales como hombres. La interacción de unos con otros, por ende, no es perfecta.  Está separada por la soledad negra. De allí se construyen las bases para toda sociedad y cultura. Pero está cultura nace del dolor, y no se puede pretender luz del abismo.  Quien salte, debe tener en mente que  no nos rige el sol, sino la bella Selene. La materia oscura es aquello que compartimos con todo ser humano, y debemos ser cuidadosos a la hora de batallarla. El individuo es su propio rey, y el elíseo oscuro, su propio reino.





(El ser humano se hace consciente de la materia oscura)

(Se hace presente en ella, aceptando su soledad, y la oscuridad de sus ojos) 

(El molde es eliminado)



1 comentario:

  1. Interesante reflexión, no todo el mundo tiene el valor de aceptar su soledad. así mismo, pienso que esa materia oscura no debiera considerarse un abismo entre dos almas, sino el espacio que permite en encuentro entre ellas, el espacio donde comienza la vida.
    Por otra parte eso a lo que llamas "espíritu que vive encerrado en su cuerpo" no es mas que lo que conforma a el individuo mismo, un espíritu sin cuerpo no existe, y un cuerpo sin espíritu es muerte, el hombre no es mas que el producto de la interacción entre esas dos entidades, por tanto no lo pienso como un encierro, no hay frontera entre el individuo y el mundo, solamente creo que el hombre no tiene suficiente conocimiento de si mismo como para manejarse en la sociedad, es decir, el abismo donde la existencia surge.

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