lunes, 2 de noviembre de 2015

Crucifixión







Les juro que así será,
En el verbo escupiré mi carne,
Y todo tendrá un nombre.
La corona será para  quien
La soporte.


Vivimos en el horror y el peso de ser nombrados. El lenguaje forja una mente sólida, fría y solemne. De pronto las inmensidades se ven reducidas a verbos y sustantivos. Las emociones de la carne son predecibles y tratables. El dolor es una cualidad. Nuestra razón, calma y serena, domina toda oscuridad.

*Sin embargo, la carne tuvo que soportar la tortura.*


Sueño con  carne ahumada,
Que me abraza y me canta al oído,
Serenatas del dolor.



El verbo es la cruz intelectual. La teoría escupiendo sobre el salvador. Nuestro único medio es el cuerpo, y en vez de arrojarle rosas, le arrojamos conceptos. La carga se hace pesada. Llevar conceptos en la espalda es cargar el mundo. Nuestros músculos, sedientos y azotados, cesarán en delicia de portar la cansada madera.

*Nuestro cuerpo caé rendido. Y no caemos sólos. Caemos con todos las bestias de la razón. Con los salvajes. Con los ignorantes.*

Los conceptos obligan a seguir la marcha. Mientras nuestra carne, ególatra, fantasea con ser única, catedrales crecen como la hierba. Somos seres prescindibles. Podemos morir y al mundo no le importará. Nuestra pasión es la única obra que hará justicia al ego.



*Muere en la cruz la carne desnuda. Se insarta en el cráneo la espina del concepto.*

El lenguaje reverencia al cielo. Pide respuestas. Pero el cielo no habla. Dios no habla. La gran inmensidad es indiferente a los gemidos de las palabras. Sólo la  fría brisa responde a la carne semi muerta, por su color pálido. 




La belleza bendice
El sonido del clavo
Mis latidos son victorias.

Me esfuerzo por vivir, potencio mis sensibilidades. Cada respiración es una batalla. Siento cada parte de mi doliente cuerpo. La oscuridad es mi único contraste. Mi único viaje y destino. Estoy muriendo, todo lenguaje me abandona. Pronto me uniré a la nada sin verbo. Al abismo sin conceptos. Sin embargo, la corona seguirá en mi frente.




Dolorosa Corona de conceptos
Adorna el cuerpo del salvador
La flor se marchita y la carne arde el sol
La horrorosa razón,  ilumina abismos




Marcos Liguori. 






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